RMF n.2
Exactamente cuarenta años después de la publicación del primer número y después de unos diez años de su cierre, como un ave fénix resurgiendo de sus cenizas, vuelve “ la revista más bella del mundo ”, aquella FMR nacida en 1982 de la mente de Franco María. Ricci con el objetivo de dar a Italia la primacía de la revista de arte más bella jamás vista.
Cuando nació, en 1982, fue recibido con asombro: contaba las bellezas creadas por los hombres de una manera nueva y espectacular, posible gracias a un formato editorial nunca antes visto. Pronto se convirtió en la revista de arte más popular del mundo.
Los tiempos han cambiado, pero el propósito de FMR sigue siendo el mismo: sorprender al lector con la elegancia y la belleza del papel impreso de nicho regalando una elegante revista de coleccionista con un gusto clásico.
El nuevo FMR se mueve en el espacio y el tiempo ilimitados del arte, la arquitectura y el diseño, donde cada sorpresa, cada aventura del ojo se transforma en un estímulo para la imaginación y para la mente.
NÚMERO 2
El segundo número de FMR está íntegramente dedicado a las nobles delicias y al placer. Patrick Mauriès nos lleva al descubrimiento de Ferdinand Bac, un ecléctico artista aficionado que concibió la maravillosa villa de Les Colombières en la Riviera francesa; contraponen este artículo el del salón etrusco del palacio saboya de Racconigi, ejemplo muy notable de capriccio anticuado, y el del palacio Este de Sassuolo, triunfo del trampantojo; el número también encuentra espacio para el más intelectual de los pasatiempos de interior, el juego de ajedrez, a través de preciados tableros de ajedrez de una colección portuguesa, y uno de los paisajes más típicos del verano italiano, las playas de Versilia, que nos narra Giovanni Mariotti a través de las refinadas pinturas de Moses Levy. En las columnas, la seducción aventurera de bandoleros y bandoleras de principios del siglo XIX y la minuciosa fascinación de las piedras grabadas, la conjetura sobre el tema de un cuadro mitológico (¿o acaso alegórico?) y el relato de la venta millonaria de una cesta de fresas pintadas por Chardin.